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Robert Johson - Blues Biography (03)

Poco sabemos de él… sin el blues no existiría el rock. Y sin gente como Robert Johnson el blues quizá careciese de la significación musical y legendaria que posee.
Nació el 8 de mayo de 1911 en la población de Hazlehurst, estado de Mississipi, Estados Unidos. Su madre, Julia Major Dodds, estaba separada de su marido, Robert Dodds, con quien había tenido diez hijos. El padre de Robert fue Noah Johnson, un trabajador de las plantaciones. No se sabe cómo aprendió música, pero con veinte años ya se le consideró un carismático maestro.
Robert manifestó desde temprana edad una gran habilidad para tocar la armónica e incluso el arpa, pero resultaba bastante limitado con las seis cuerdas. Sin embargo él lo tenía muy claro, quería tocar la guitarra como sus grandes ídolos Son House, Willie Brown, Lonnie Johnson, Ike Zinneman, Charly Patton o Skip James, todos grandes músicos del área del Mississipi.
En 1929 Robert se casó con una joven muchacha llamada Virginia Travis, pero su relación no duraría mucho, puesto que fallecería un año después intentando dar a luz. A raíz de esto desapareció del mapa, dedicándose a una vida nómada. Tras numerosas desventuras volvió a coincidir con sus maestros Willie Brown y Son House en Robinsonville. La sorpresa llegó cuando Robert comenzó a tocar la guitarra, pero esta vez de manera brillante y asombrosa, maravillando a sus ídolos con su portentosa técnica.
Son House lo tenía claro, el joven Johnson había vendido su alma al diablo en un cruce de caminos de Clarksdale (entre el 49 y 61) para aprender a tocar de esa manera. Era increíble el progreso técnico, la alígera manera en como deslizaba sus dedos por las cuerdas y la profundidad emocional que había alcanzando la interpretación de Robert Johnson en tan poco tiempo. Además introdujo la frase de bajo boggie tocada en las cuerdas graves de la guitarra, lo cual define prácticamente la guitarra blues en la actualidad. Añade a eso un repertorio de bajadas, vueltas atrás y repeticiones y Johnson había llevado a la guitarra al siguiente nivel.
Según cuenta la historia, a principios de los años 60, cuando los Rolling Stones comenzaban, Keith Richards enseño a Mick Jagger un disco de Robert Johnson. Jagger lo escuchó y le preguntó quién era el bajo. Keith se rió y le dijo que no había ninguno. Lo que Johnson estaba haciendo era tocar una especie de frase de bajo utilizando el dedo pulgar sobre las tres cuerdas graves de la guitarra, mientras tocaba la melodía en las dos cuerdas más agudas, todo al mimo tiempo.
Robert se dedicó a recorrer gran parte de la zona sureña, compartiendo cartel con grandes bluesmen de la época, y encandilando con su manera de tocar a todos los presentes. Pero no se dedicaba exclusivamente a la guitarra, era también un consumado mujeriego. En el mes de agosto de 1938 llegó la tragedia; mientras actuaba junto a “Honey Boy” Edwards en el local “Three Forks”, ubicado en Grenwood, Johnson se había ligado a una guapa joven que resultó que estaba casada. El cornudo marido terminó envenenando aquella noche el whisky de Robert.
En la agonía de su muerte, que duraría tres días, Robert Johnson convulsionaba y aullaba como un lobo antes de fallecer a la edad de 27 años el 16 de agosto de 1938.
Afortunadamente para todos nosotros, Robert Johnson entre 1936 y 1937, por mediación de Ernie Oertle y gracias a la producción de Don Law del sello Vocalion, registró gran parte de su obra, entre las que se encuentran históricos temas como “Terraplane blues”, “Sweet home Chicago”, “Preachin’ blues”, “Kind hearted woman blues”, “Stop breaking down”, “Come on in my kitchen”, “Love in vain”, “Rambling on my mind”, “Me and the devil blues” o “Crossroads”.

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